" Y a pesar de sus cambios de humor, de su variable trato hacia mi, de tentarme pero sin tentar, de su cuerpo, su vulgar olor a colonia común, su terrible nariz, ya no por hablar de su basta y burda piel. Sus ojos verdes me atraen inevitablemente, así como su pelo, su soberbia al hablar, sus preguntas con doble intención, el pasar tiempo a solas y a oscuras sin llegar a pasar nada. Puede que tenga que ver con mi propensión al color rubio y los ojos claros, pero el caso es que todo ello consigue que me atraiga de una manera que hace que mi corazón lata de de forma anormal cuando se acerca a mi boca y luego se redirige al oído. Cuando discutimos, siento que lo único que en verdad deseamos, es hacer el amor, al mirarme a los ojos es simplemente deseo, es puro y mero deseo."
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